sábado, 16 de febrero de 2019

De Dead Space a Doom

Confirmado. Si el año pasado fue el de Tashiko, este será infernal.
Porque mi nueva novela, que en breve publicará Ediciones Atlantis, se titula "La colonia infernal". Se trata de un relato de terror ambientado en una apartada colonia minera, asentada en un lejano planeta. Por esta razón, el nuevo blog también se titula así, "La colonia infernal".
En un principio, esta historia se iba a titular "La colonia maldita", pero tras hacer una búsqueda por Internet, me enteré de que ya existía una película con este título. Y además, como me quedó muy dantesca, resultó ser más apropiado el título definitivo, como tal se va a publicar.
También al principio, pretendía escribir algo similar a Dead Space, pero sin necromorfos. Confieso que no soy un jugón apasionado, pero uno de mis pasatiempos favoritos es el de visionar las peliculitas que algunos jugones suben a la red. Así que conozco las sufridas correrías de Isaac Clark, en su desesperada lucha por la supervivencia y en contra de los tan temidos necromorfos. De hecho, me sirvió de inspiración en mi anterior novela, "La odisea de Tashiko", cuando la protagonista realiza un salto estratosférico...
Pero nos estamos desviando del tema. Os estaréis preguntando, ¿por qué un Dead Space sin necromorfos? Por una razón mi sencilla. Sinceramente, los necromorfos no me dan miedo. Son más bien objetivos, a los que mutilar con las diversas herramientas del ingeniero protagonista.
Lo que de verdad me aterroriza de Dead Space, es todo lo demás, empezando por la gente de esa apartada colonia que se vuelve loca y empieza a matar a sus amigos o familiares... Porque, ¿qué hacer ante semejante situación? Estás atrapado en una nave, o en una colonia. No hay adonde huir. Ni siquiera puedes pedir ayuda, porque los refuerzos más cercanos están a años luz. Cuando llegasen, ya estarías muerto... O peor, unido a la mitad demencial del lugar.
Precisamente, es este terror el que pretendía plasmar en "La colonia Infernal". Es el panorama al que se enfrentan los tripulantes de la Wegener cuando aterrizan en este lugar, y no tardan en averiguar que la mitad de los colonos ha masacrado a la otra mitad...
Y como viene siendo habitual en mi trabajo como escritor, a medida que la historia se desarrollaba, adquiría vida propia. Y al ser una novela de terror, fui plasmando en ella mis horrores más ancestrales, horrores que en parte explican la locura homicida de estos colonos dementes...
Y al final de la novela, lo que en un principio pretendía ser un Dead Space sin necromorfos, terminó por transformarse en un Doom sin demonios, por sus trepidantes escenas de acción ultraviolenta.
Y encima, cerca del final de la obra, acabó por manifestarse un horrendo monstruo gigante que se parece un necromorfo de los grandes, aunque no lo es; más bien, es todo lo contrario...
Pero no voy a decir aquí qué es. Mejor se leen la novela, que en breve estará disponible gracias a Ediciones Atlantis.
Mientras tanto, disfruten de esta secuencia de final de créditos de Doom, que podría servir de calco para un hipotético booktrailer de "La colonia infernal".


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